María García | Opinión | Cartagena | Cuando uno nace, nadie viene a explicarle “¡hombre chaval! ¡Has venido a nacer en la mejor tierra del mundo!”.
Cuando naces, lo único que en ese momento tienes de arraigo, es el vientre de tu madre, y entonces… ¡tú tierra! En mi caso yo vine a nacer en casa, no, no me dejaron abandonada en la ventana en un sexto piso de la antigua calle Castillo de Olite (hoy Tierno Galván) como le dijeron a mi hermano, que por aquel entonces tenía 5 años. El pobre se asomó a la ventana y miró hacia abajo “acojonado” y resopló diciendo “¡pues no se ha caído de milagro!” Seguir leyendo CUANDO UNO NACE…
Debe estar conectado para enviar un comentario.