CRÓNICA ROSA
José Juan Cano Vera | Opinión | Cuando entré en la hermosa habitación del Hotel Galúa, sentí tanta luz como una borrachera de alegría, luego la mar, una alfombra azul por donde podías caminar con los ojos bien abiertos, y luego los dos ramos de margaritas, blancas y amarillas, pero estaba solo como actor único de una escena de Zorrilla. Las arrojé al agua, una a una, se fueron flotando a la deriva, navegando hacia la isla Grosa, hasta que desaparecieron en lontananza, quizás con la esperanza que vuelvan, como las golondrinas. Seguir leyendo ARROJAR MARGARITAS AL MAR – Cano Vera
Debe estar conectado para enviar un comentario.