AYTO. DE CARTHAGENA, TOREO A CABALLO

Juan Eladio Palmis | Opinión | Cartagena | Porque para el partido o la partida que nos están mangoneando, los vecinos, menos los cuatro amichis ricos y algún que otro bailaguas, los vecinos somos tratados como si fuésemos gentes que hemos llegado en pateras y con cuatro pases bien dado, a caballo de su soberbia e incapacidad de gestión y lealtad inquebrantable al partido, están totalmente convencidos que sus garbilleos de agua de cloaca nos tienen contentos y felices.

Hoy, que en el santoral de los pueblos figura como el día de la voluntad de nosotros la gente, porque se conmemora el cincuenta(50) aniversario de la revolución más bonita y efectiva que ha realizado un pueblo, para el caso los portugueses o lusitanos con su Revolución de los Claveles, en Carthagena nos hemos convocado unos vecinos en la puerta de nuestro enemigo número uno, el más que excelentísimo ayuntamiento para recibir una larga cambiada por parte de los políticos que están totalmente convencidos que somos tontos de baba, y, cualquier mentira nos vale.

La concentración de vecinos, pocos pero espesos porque tienen muchos de ellos proyección social en sus zonas de residencia, algunos nos hemos quedado atónitos porque sabemos con el entusiasmo que salen al balcón municipal alcaldes o alcaldesas, junto a los bailaguas de turno, a proclamar llenos de ordeno y mando que cualquier fiesta ha empezado.

Y la fiesta proclamada es una realidad, porque a criterio político carthaginés, todas las fiestas forman parte de la tradición y la cultura de lo que un día fue una ciudad, y hoy es como una gigantesca pedanía de Murcia, que si no fuera por los teléfonos, nuestros mandamases de Pepé y Vox (mayoría descafeinada) no darían la ida por la venida a Murcia a recibir órdenes hasta del tipo de gesto facial que tienen que poner para poder salir en la foto porque el asiento en el sillón les produce, sin contar nada más, ingresos económicos de jornal en la calle que sería del todo inalcanzable para sus intelectos.

Son ya más de veinte años, que Carthagena está advertida por parte de los expertos, que la contaminación de Potasas y Derivados, de Peñarroya, y de la Torre Ciega como abanderadas del Llano del Beal y una sierra minera miserable, no entran en los planes de un ayuntamiento que lleva ya muchos años sin representarnos, y, mucho menos las reivindicaciones vecinales, que hasta el día de hoy lo han solucionado todo con largas cambiadas haciendo ellos de jinetes rejoneadores y nosotros de caballos, mientras los índices cancerígenos, cuya cuantía a falta de suministro de datos oficiales, se puede uno asustar yendo casa por casa y escuchando cuantos miembros de ellos han muerto a consecuencia del citado cáncer.

Lo de hoy es como un inicio de un vaso que ya empieza a gotear de un modo decidido hasta su desbordamiento porque lo lógico, si políticamente hubiese una voluntad de solucionar la contaminación cancerígena, la alcaldesa debería haber salido a la calle y darle cara a los vecinos comprometiéndose a sanear la ciudad pedanía.

Salud y Felicidad sin otan Juan Eladio Palmis.