LAS COMADRES

Juan Eladio Palmis | Opinión | Política | Desde las aldeas con “cuatro gatos” (reminiscencia del islam que no le gustan los perros) hasta la urbe más extensa que en ellas las comadres se mueven y organizan por sectores, en todas las localidades españolas estaban y están funcionando, a pesar de la tele, las redes sociales y la radio, el núcleo comentaristas de eventos y generador de ellos que son las comadres, que cuando se maquillan y se ponen de limpio ya pasan a ser tertulianas.

Una tertulia y una reunión de comadres (lo siento por las machistas pero no se conoce la denominación de los “comadros”, que, en todo caso se califican como chismosos). Por tanto las comadres en una actitud femenina que al igual que los tertulianos, le hacen frente a cualquier tema, preferentemente al de despellejar, o quitar la honra o la seriedad de una persona que no sea de su agrado. Pero, teniendo a su favor que lo hacen de un modo desinteresado en el aspecto económico, o, un servidor nunca ha conocido a ninguna comadre que viva de semejante actividad, aunque bien es verdad que su descarga de adrenalina tiene que ser superior a cuando en un partido de futbol un jugador mete un penalti.

Las tertulias, lo que ahora modernamente deberíamos denominar como comadreos televisivos o radio fónicos, pero nunca tertulias, obedece al hecho que en la tertulia se habla de muchas cosas y salvo el ego de destacar como erudito y bien formado, no llevan el villano trasfondo, la mentira engañosa de las mal llamadas tertulias televisivas o radiofónicas que simplemente (no tan simple) es un machaqueo constante de publicación y divulgaciones mentirosas de unos hechos, adaptados para poder cobrar a fin de mes, aunque eso signifique desestabilizar el país.

Personalmente, aunque disponemos del gran descubrimiento del mando a distancia y podemos mandar al carajo a las modernas comadres, sin delantar gris, sin pañuelo negro a la cabeza, y da la casualidad que muchas están de buen ver más lo que se esfuerzan en parecerlo, en su inmensa mayoría “tocan de oído”, se repiten más que el “ajo perete”, y, en muchos casos priman más el aspecto de una comadres modernas que empiezan su oficio chismoso a edades más menos cuajadas de aquellas evocadas comadres que, al carecer de abundantes chismes en los pueblos, ellas se los inventaban, e incluso de vez en cuando sabías, por la risa especial, que estaban hablando de picardías de aquel entonces.

Uno piensa que será una técnica moderna de comunicación, pero generalmente las comadres actuales televisivas, será una casualidad pero suelen ser gente de buen ver aunque política y socialmente se metan en esos charcos en los cuales ni han visto ni, por supuesto, los han pisado.

El hombre, angélicos sin alas suelen estar más al corriente, sin risicas ni aspavientos de las mozas que tiene un buen ver, que son comadres que salen en la tele y les preguntas de que han hablado, y no lo receuerdan sino el del color de las medias que llevava y de sacar pecho no por aquello de que se entendiera mejor, sin otros López.

Del mismo modo que para ser comadre, se necesitaba unas ciertas condiciones establecidas, para ser tertulianas televisivas no puedes ir despeinada.

Salud y Felicidad sin otan. Juan Eladio Palmis