REGULAR LA PROSTITUCIÓN

EDITORIAL | Después del monstruoso tráfico de las armas, junto a las drogas, la prostitución a escala global, es el negocio más rentable, unos 130.000 millones de euros anuales, más el sumergido del sexo, la trata y los alternes. La ONU informa que es el segundo. En España, según el INE, en 2019 la cifra ascendía a los 4.000 millones, más el oculto que durante la pandemia, al día de ayer, había sufrido una subida, nada nuevo en años de crisis cuando el paro es serio y las colas del hambre rompen moldes éticos, todo un drama generalizado en otras naciones en donde la pobreza severa derrumba ideologías, religiones y hogares torturados. El número de burdeles, según datos contrastados, superan los 2.000, en carreteras y calles de pueblos y ciudades. Y el número de mujeres dedicadas al oficio más antiguo del mundo, en este pais, supera las 200.000. Naturalmente no se menciona ni por asomo la prostitución masculina, que existe, sobre todo en los centros del ocio de lujo. Efectivamente, España es un paraiso internacional de todas las nacionalidades. Un problema muy serio que manejan las mafias y el negocio de luces del arco iris.

Y ante esta situación en la que se vende y se compra sin ningun tipo de control, escrúpulos y sanitario ¿qué remedios, soluciones o propuestas proponen la élite política desde la transición? NINGUNA EN CONCRETO, humo o disparates.

El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE anunciaba el domingo en un congreso uniforme, la abolición, sin más, quizás aconsejado por el sector más ultra del feminismo podemita, que nos da miedo, por su sectarismo casi religioso y conservador. No, sería un escándalo porque en las naciones más avanzadas la prostitución en sus cinco confluencias, se regula, incluyendo la masculina, pero no solo en sus aspectos económicos, sino sobre todo social y sanitarios con bases legales.

No cabe duda que Pedro Sánchez trata de nadar y guardar la ropa y salir del paso sin ahondar en el sufrimiento de millones de mujeres –y sus familias, que las tienen– que viven inmersas en un conflicto humano de gravísimas connotaciones, pero no es de recibo que el tema se saque a colación con intenciones electoralistas o simplemente oportunistas cuando se negocia en estos días los PRESUPUESTOS GENERALES DEL ESTADO, sería un error moral, aunque en estos tiempos la praxis se impone como norma de conducta en una sociedad cada vez más escéptica calada por el sofismo.

Cuidado, cuidado, estamos jugando con los sentimientos humanos millones de veces violados. La vida no debería ser un juguete manejado por la locura o la atrofia mental de los que instrumentalizan el vicio del dinero o el poder político, en ocasiones prostituido.

Cuando el rumor se confirma es noticia, y la noticia es que este Gobierno tiene como objetivo abatir al varón. Otro día comentaremos como el divorcio es arma aplastante del feminismo patológico.