LA ZORRA HAMBRIENTA CUIDANDO GALLINAS

Juan Eladio Palmis | Opinión | Política | Como ni soy político, ni diplomático y no tengo poder alguno de mover masas, puedo decir lo que siento y como lo siento, sin hacer apología para que otros lo sientan igual.

Si la población mundial la componemos unos ocho mil millones de monos peludos (hombres y mujeres), país por país, ciudad por ciudad, prácticamente se conocen cuales son los porculeros o porculeras, que tan solo su sola presencia provoca, como muy poco, tirría y malestar; y la gilipollez esa de que todo el mundo tiene el mismo derecho a vivir, si se suprimieran los citados porculeros, el resto de los monos viviríamos tan campantes, yéndonos cada mochuelo a su olivo.

Pero al mochuelo que le tocara el olivo de Carthagena, tendría que dormir, a la fuerza de día, porque la oscuridad reinante en la indicada ciudad donde hay un puerto con dos dársenas portuaria, existe tanta oscuridad respecto a todo lo público, contagiado de lleno a las grandes empresas privadas, que han formado un amasijo que se le atraganta a los vecinos mucho más que el mes de diciembre a los pavos.

Mientras en los servicios públicos municipales ya no hay espacio físico para meter mesas, cuyo trabajo básico de sus ocupantes a destiempo del cafelico, existe clara y muy definida la voluntad es ver el modo de joder a los vecinos, la masa funcionarial sanitaria se esta dejando la piel y la salud porque todo funcione y atiendan bien a los pacientes, porque la voluntad política del Lorzas y su mariachis, que ahora les ha nacido un líder, el Milei argentino, que, por cierto su presencia en política, demuestra una vez más el tremendo grado de incultura y de la otra que reina en Argentina y en España.

Supuesto que a mi entender España todavía está en proceso de hacerse y es en la actualidad como un puñado de pañuelos de distintos colores hilvanados, aquellos amantes de colores afines, por ejemplo pepé y vox y el clero romano, se cosieran y formaran una España con la bandera que tanto emoción, respeto y amor les proporciona, y todo el resto de tirajos para ellos, hiciéramos otra España, sin amores patrios, pero amantes del suelo que pisamos.

Existe una cansera política, porque desde que los partidos políticos cogieron la batuta, el escalón de la desigualdad en España y en el mundo ha aumentado, mientras que nunca se habían escuchado tantas arengas en favor de lo bien que lo hacen, y las “sudaeras” que les provoca estar día y noche de centinelas en alerta.

Tenemos la enorme suerte que entre los descamisados de Argentina y España existe una igualdad de colores que nos podríamos coser y hacer un tejido estable, que por mucho que los políticos se empeñaran, mucho Milei, mucho vox, y mucho pepé, aunque algunos tengamos la sensación real de que estamos por encima de todos ellos, no nos dejemos estafar más porque nos pongan zorras hambrientas dentro de los gallineros.

Salud y Felicidad sin Otan. Juan Eladio Palmis