CARTAS AL DIRECTOR | Señor director, es un acierto este espacio de CARTAS, porque las bases, el pueblo, se expresa libremente, aunque firmen con iniciales, hay miedo. Mi historia no es una fábula, se basa en hechos reales. Tenía un perro, doberman, se llamaba CALE, no tan fiero como dicen, es una leyenda, suelen ser fieles, pero si los acaricias llegan a ser hasta nobles, fieles y cariñosos. Lo he comprobado. Por problemas un día lo dejamos sin su ración de mimos, quizás es que escuchara algunas quejas, que si hemos conocido perros mejor que este, que si es un problema familiar, nos destroza su personalidad, que ya no lo llevamos a la playa a jugar y en fin que animalico se desmoralizó porque alguien cercano propuso llevarlo a una residencia para animales, por la edad, y dejó de ser buen guardián. Pero CALE se escapó y se liberó, nos lo encontramos meses después acogido por unos humanos de lengua extraña, nos miró displicentemente y corrió como el viento, era la alegría de encontrarse así mismo, y escapar, no era defraudación sino instinto de conservación.
No, la vida supone en ocasiones perplejidad, luego da paso a la reflexión y tomas un camino. Me ha pasado.
- ANTONIO V. MEDIALDEA, GRANADA.
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