EL FISCAL QUE ME ABRIÓ LOS OJOS

CRÓNICA DE UN ADIÓS O HASTA LUEGO

JOSÉ JUAN CANO VERA | Fue cuando el fiscal churubito, veterano y frio me dijo que no, que la cabeza, mi intelecto funciona normalmente, y que me leía los partos del español jodido, que mi informe médico de decadencia con 88 años no era suficiente, que recurriera a mis hijos –en el desierto seco de un país donde las familias van siendo sistemáticamente destruidas por un Gobierno sin poetas ni ideas y las clases humildes compradas con limosnas,

subvencionado con dinero sustraído de impuestos canallas– o pagara con mi pensión , la suma de cuarenta y dos años de ahorros y trabajo. «Hay miles de ancianos residentes, millones, que se consumen olvidados que me piden que informen a sus parientes». Se removieron las tripas, sentí asco. Hoy agotado pero mentalmente cargado de razones en la huida, maldigo a una clase política y sus negocios. Ciega de leyes huecas.

TRAIDOR, TRAIDOR, TRAIDOR, una voz agresiva, quizás justa y hasta noble, gritaba al presidente de un Gobierno de mercenarios al servicio de oscuros intereses globales que nada les importa la sangre derramada , ni en Palestina sojuzgada, ni en el Sáhara invadida por los esclavos del rey de Marruecos y el apoyo rastrero de la primera potencia del mundo, que rompe naciones, pueblos tribus y luego cobra lo que construye, que bate palmas Moscú encarcelado jaleado por dictaduras de coronas y espinas de religiones fanáticas.

Sin perdón, con rencor y desquiciado el feminismo ultra levanta barreras y oculta sus andaduras y construye muros androfóbicos y multiplica sus golpes de mano de un maniqueísmo cobarde, con fronteras y líneas rojas que impiden que otras mujeres sean libres y no esclavas con velos que humillan su dignidad humana.

Cuando el sol de mediodía me castiga y hace lento mis movimientos y ligeros mis sentimientos, pero hondos por el regalo de mi vida, a veces privilegiada, me viene al recuerdo las palabras del fiscal que ataca, acusa y dicta sin pensar que el presente tiene a veces un futuro, flor seca en el jardín de una sociedad prisionera de una Europa que se olvida de un pueblo en guerra civiles y reconquistas sin cultura.

Hasta aquí hemos llegado, después de dar tantas vueltas con el pensamiento, de ponerme en el lugar del contrario y analizar el mundo de uno, después de ir tanto de aquí para allá en el tiovivo que es la existencia, se que he llegado a un lugar y que la visión de este paisaje ya no es lo que soñábamos los buenos españoles de la Transición. Es uno de esos pocos momentos determinantes de los que uno sabe que son determinantes, quizás sea una postura conservadora, como no serlo teniendo tanto que conservar, pero así mismo rebelde, porque el descanso del guerrero puede cargarse de versos, porque queremos a nuestro país porque no nos gusta, y tenemos una revolución pendiente, una nueva era y un sistema por descubrir, volando. Sí, Ortega decía que la España oficial consiste en una especie de partidos fantasmas que defienden los fantasmas de unas ideologías que apoyadas por las sombras hacen marchar un Estado de alucinaciones, y el pueblo calla, problemas de sus saboteadores y surrealistas. Entonces, en la década de los setenta, todos teníamos relativamente claro cual era la realidad, hoy la riada social-populista nos roban libertades, nos ofrecen miedo y nos prometen paraísos sociales. Los otros, los inmovilistas, suman el vacío, contagiados por sofismas de siglos, es la casta de un poder podrido, y hasta bendecido.

Hoy es otro día, ni bueno, ni cobarde, a la sombra del castillo de Aledo. Un día la escritora y amiga María José Hernández me dijo que tenia alma de poeta, no lo creo, pero quizás tome unas píldoras, no las que me recomendó el fiscal, sino las de la esperanza que navegan en mi alma sin filos en las alas. Volar no como un águila sino como un humilde gorrión que mide sus valores, y anda buscando solidaridad en la naturaleza, el tesoro que nos han ido enterrando en una sociedad agresiva, subterránea, cada vez más insensible, deshumanizada, de un hedonismo patológico, y nos engañan sin escrúpulos élites políticas y colectivos sin principios e individuos que ocultan la frialdad del cálculo devastados por una salud mental que nos han inyectado con el miedo. Solidaridad y comunicación, nos las han destruido y llega la inteligencia artificial, la nueva secta de una religión que no perdona.

Foto Portada: «La Noche en Vela de Aledo» – Sierra Espuña, Región de Murcia.