EDITORIAL: EL ARMA DE LA MENTIRA

EDITORIAL | Cuando la mentira o las mentiras encadenadas funcionan implacablemente emergen, potentes, la desconfianza, sufre la credibilidad y se desmorona la ética, de un individuo o de un pueblo, la fidelidad  deja de ser una función ejemplar. Está pasando en nuestro país especialmente en el mundo de la política y las relaciones humanas, la falta de respeto es el último eslabón que hace quiebra en una sociedad en la que sus dirigentes tienen una doble cara, y vida  corrupta.

El caso del aborto se  ha convertido en un conflicto inexistente, probablemente inventado para tapar la sangría de la violencia de género cuya ley del si es si, es insostenible y el diluvio del separatismo se alarga y se teme que los pantanos se rompan para hundir al resto de las regiones en sequía, se establezca la desigualdad y la justicia no sea igual para todos.

Y la vergüenza de la desinformación pagada por un Gobierno sin moral, las encuestas mensuales de Tezanos manipulando a la opinión pública, un presunto delito  con el empleo de medios económicos obtenidos de nuestros bolsillos, hoy con los impuestos más altos de la Unión Europea. Y no se castiga.

Estos últimos años se han promulgado doce de las cuarenta y cuatro reformas del vigente Código Penal de 1995, siendo especialmente estrepitoso tanto la reforma de las agresiones sexuales o la ley de los «notarios», por su  defectuoso modus generandis, como la derogación del delito de sedición o la reforma de la malversación, por sumar al mismo motivo su viciada «ratio essendi».

Sin embargo la desinformación punitiva que termina generando en miedo, sigue barriendo nuestro país desde los despachos más influyentes, convirtiendo la libertad de expresión en un sucio negocio que castiga a nuestra gente y especialmente a amplios sectores de una población en la que cultura no funciona o no existe. No nos estamos refiriendo a los medios de comunicación social, no, nos referimos a las plataformas inflacionarias que ocultan la verdad, cuya descripción global es un relato escalofriante de Peter Promerantsev en su libro LA MANIPULACION DE LA VERDAD, hoy de obligada lectura, que queda en una frase perfecta: «Cuando la Información es una arma letal, el mundo entero está en guerra». No solo en Ucrania, no, aquí al lado, en nuestro propio país, ante el asombro de Bruselas, paralizada.

Perdemos el norte y hasta declaramos días de luto en honor de personajes  tachables por la opinión pública, tan harta. Y el colmo del cinismo, los parlamentarios españoles socialistas en el parlamento europeo votaron ayer en  contra de una resolución condenando la vulneración de los derechos humanos en Marruecos, más la condena de la corrupción en el mundial de Qatar. Y los  populares se abstuvieron. Ejemplares.