«AUSTERIDAD Y CARENCIA PARA UNOS, OCIO Y DIVERSIÓN PARA OTROS»
Hoy comamos y bebamos y cantemos y holguemos, que mañana ayunaremos. (Juan del Enzina).
María José Hernández H. | Opinión | En este comienzo de año 2023, alguno de los embalses del país tienen un poco más de agua gracias a las abundantes lluvias de la primera quincena de diciembre y las presentes, torrenciales en algunas comunidades. En concreto, un 43,7 % de su capacidad total frente a un 37,1% de los últimos meses del año.
Aún así, esta reserva está en su nivel más bajo para estas fechas desde 1995, y todo parece indicar que no serán suficientes para paliar, ni mucho menos resolver, la intensa sequía que sufre España. Según los expertos, el país no va a dejar de desertificarse a ritmos alarmantes, ni nuestro modelo será más sostenible.
A principios de noviembre, el presidente Sánchez promovió junto a Sall, su homólogo en Senegal, la Alianza Internacional para la Resiliencia ante la Sequía en la conferencia COP27, de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que tuvo lugar en Egipto. A esta iniciativa se sumaron 30 países y una veintena de organizaciones. Su objetivo es combatir la desertificación en el mundo. España se comprometió a aportar 5 millones de euros en su comienzo y 30 millones más para mejorar la adaptación climática.
En ese momento, la situación de la sequía en España era alarmante. Teníamos 18 regiones en estado de emergencia, 26 en alerta y 29 en situación preocupante. Casi la mitad de la superficie española se encontraba en sequía prolongada según datos del Ministerio para la Transición Ecológica.
El 80% de la población catalana, 514 municipios incluida el área metropolitana de Barcelona, estaban en alerta por sequía, según informaba la Generalitat.
En Huesca el embalse de Vadiello, principal abastecimiento de la capital y de 48 núcleos de población, se encontraba al 11,5 % de su capacidad (18,75% en enero de 2023). Se cerraron todas las fuentes de agua potable, se prohibió el riego de jardines y huertos y se instó a la población a un uso responsable.
En Granada, ya en diciembre, medio millar de personas se manifestaron en la costa pidiendo medidas urgentes contra la sequía después de batir un record histórico de temperaturas máximas, con los pantanos bajo mínimos y el sufrimiento del campo en la agricultura.
Sin embargo, queridas lectoras y lectores, pese a esa Alianza Internacional, pese a la grave situación de sequía generalizada en España, pese a que las lluvias presentes no van a ser la solución, las estaciones de esquí del Pirineo aragonés, catalán y de Sierra Nevada en Granada se apresuraron a fabricar nieve artificial con un gasto de millones de litros de agua para que, a principios de diciembre, coincidiendo con el puente de la Constitución y en pleno estado de emergencia climática, pudiesen abrir las puertas y hacer su negocio obviando toda restricción y gravedad.
Ya en febrero de 2022, un informe de CCOO alertaba de que en Sierra Nevada se usaba cinco millones de litros de agua al día (multipliquen por toda la temporada) para fabricar nieve artificial, aparte de un consumo de 10.000 kilovatios/hora y una emisión de cinco toneladas de CO2 a la atmósfera. Dicho sindicato y Ecologistas en Acción denunciaron la apertura de pistas de esquí en plena sequía y exigieron una investigación.
Ante esta y otras críticas en otras comunidades, el sector afirma que las estaciones tienen una o varias balsas propias para almacenar agua y que esta no proviene de la red de suministro. Sin embargo, en declaraciones recogidas en distintos medios, Antoni Carulla, presidente de la ONG ecologista Worl Nature, explica que ese agua almacenada proviene de los torrentes de las montañas, que son los mismos que nutren los sistemas de captación y abastecimiento. En palabras de Carulla, «No es ni ecológico ni ético. Es una obscenidad que se permita hacer nieve artificial mientras se imponen limitaciones a la sociedad».
El hecho es que en Europa se empiezan a cerrar estaciones: Chamonix en Francia Innsbruck en Austria… Incluso fue necesario cancelar la carrera de esquí telemark de la Copa del Mundo. Sin embargo, parece evidente que la razón de este cierre no ha sido el impúdico gasto del agua, un derecho humano imprescindible para la vida cuya escasez afecta a más de un 40% de la población mundial. Al parecer eso es lo de menos. La realidad es que el aumento generalizado y anómalo de las temperaturas que está sufriendo todo el planeta no permite las condiciones necesarias para que la nieve artificial permanezca lo suficiente en el suelo (innivación) y sea apta para la práctica del esquí.
En cualquier caso, el esquí no es el deporte que consume más agua como “uso recreativo”. La OMS señala al golf como el primer consumidor. El enorme consumo de agua que exigen este tipo de infraestructuras resulta inadmisible en periodos de sequía continuados y cada vez más acusados. Para hacerse una idea, un campo de 18 hoyos necesita anualmente unos 18 mil millones de litros de agua, dependiendo también de la climatología.
En España se riegan cada día 437 campos de golf lo que supone, según los ecologistas, un consumo de agua superior al de las poblaciones de Madrid y Barcelona juntas, y solo, añaden, para el disfrute de apenas un 0,6% de la población.
Como era previsible, la Real Federación Española de Golf asegura que la mayoría de los campos utilizan agua regenerada o desalada no apta para consumo humano pero expertos y ecologistas como Martín Barajas, ingeniero agrónomo lo niega: «no es verdad que se riegue con agua residual reciclada», declaró en medios, «la gran mayoría están regando con agua de pozo. Digan lo que digan. Meten un diez por ciento de agua reciclada, que tienen que pagarla, y el resto es de pozo».
Recordemos por último, aquellas polémicas palabras del presidente de Andalucía en agosto, cuando Doñana agonizaba, los termómetros estaban al rojo vivo, multitud de municipios tenían problemas de abastecimiento y los agricultores y ganaderos sufrian pérdidas millonarias: «Tengo ya conocimiento de que hay campos de golf que se están secando porque no hay agua para regarlos. Hoy estamos viendo como, aquí muy cerquita, en un establecimiento hotelero que tiene un campo de golf no lo puede regar y lo va a tener que dejar secar con el consiguiente perjuicio para el turismo”.
Parece que el “carpe diem”, quizá la inconsciencia de unos, la insolidaridad incívica de otros y la ambición y egoismo de los de siempre, corrupciones aparte, son algo intrínseco en el ser “humano”.
..en beber bien me deleito; daca, daca, beberemos, que mañana ayunaremos.
Feliz año nuevo, 2023.
María José Hernández H.
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