Por «Ye una Praviana»
Cultura | Libro abierto | No hacen falta decenas de personajes para entender cuántos tipos humanos hay. Tampoco es necesario extenderse en una trama que se desarrolle durante décadas, que llene páginas y páginas de historia familiar, para que comprendamos la evolución interna de los protagonistas.
Basta con manejar la pluma como Elisabeth Jane Howard (Londres, 1923- Suffolk, 2014), saber sembrar fértiles semillas de curiosidad a lo largo de la narración y centrarse en tres días y cinco personajes bien definidos, para conseguir una historia que arrastraría a cualquier lector hasta el final.
La novela Después de Julius (1965), publicada ahora en España por Siruela y traducida por Raquel G. Rojas, narra una historia familiar protagonizada, principalmente, por tres mujeres, la madre y dos hermanas, de caracteres muy diferentes y distintas formas de encarar la trágica muerte del cabeza de familia, trágicamente fallecido en 1940, en una heroica acción destinada a auxiliar a los soldados británicos durante la evacuación de las tropas en Dunkerque. La editorial ha aprovechado el inesperado éxito cosechado con la publicación de las Crónicas de los Cazalet, de la misma autora, para ofrecer un nuevo título a su numeroso y expectante público. La especial sensibilidad para crear personajes, para exponer el punto de vista de la mujer en las relaciones de pareja, parece una de las claves que determinan el éxito de la autora, de extraordinaria calidad literaria, agitada vida personal y prosa adictiva.
La obra se estructura en tres partes: viernes, sábado y domingo. Tres días que resultan decisivos para cada uno de sus protagonistas, que marcarán un claro antes y después en el esquema de sus trayectorias vitales. Enma, Esme, Cressy, Dan y Félix tienen algo en común, la soledad. Tras la guerra, todos luchan por encontrar su sitio en la sociedad. Para las mujeres “la competencia por los hombres jóvenes era bastante reñida en aquellos tiempos: habían muerto tantos que tenías que ser divertida si querías pasarlo bien”. Los personajes principales arrastran inseguridades y fracasos, ausencias y culpas, relaciones que les llenan de insatisfacción y una capacidad asombrosa para agarrarse, como a un clavo ardiendo, a cualquier nueva relación que aporte emoción a sus vidas.
Los cinco acaban encontrándose para pasar juntos un fin de semana en el campo. Con tres días por delante, a través de conversaciones reveladoras en las que no sobra ni falta una palabra, empiezan a desvelarse secretos íntimos y a dispararse la atracción.
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