José Luis Sánchez | Cartagena | Patrimonio | En 2015, tras una excursión guiada al castillo de los Moros organizada por DAPHNE y en compañía de miembros de esta organización, se ascendió al casi inaccesible Fuerte caballero de San José o Despeñaperros. El panorama era desolador: muros derrumbados, partes del camino de acceso despeñado y otra parte desmontado, toda la cima llena de maleza de gruesos troncos y la sempiterna basura que siempre rodea al ser humano.
Allí mismo se tomó la decisión de denunciar su estado a la Dirección General de Bienes Culturales de la CARM para que instase a su propietario; el Ayuntamiento de Cartagena, para la puesta en valor de este BIC enclavado en el centro del Campus universitario.
El Ayuntamiento del PP, a través del Sr. Segado actuó rápidamente y así lo manifestó en prensa. Se le olvidó concretar que esa inusual diligencia, había sido para presentar un alegato en contra de la resolución que la CARM iba a dictar días después. Se basaba el edil en supuestos restos de cerámicas en lo alto de la fortaleza. Cosa extraña esta de haber restos romanos en la parte alta de un castillo construido más de 1500 años después de la rotura de esos tiestos. Además alegaba que había que excavar ¿Para buscar qué? ¿El templo que allí hubo? ¿No le sería más fácil a estos señores del PP dejar al señor Negueruela excavar en El Molinete y que encuentre el palacio de Asdrúbal y Aníbal? Al menos, ahí hay sospechas que hay algo.
Sin embargo, y a pesar de los ímprobos esfuerzos del consistorio, la DGBC dictó una resolución firme (Que se anexa al final de esta historia)por la que había que devolver al fuerte su antiguo esplendor y dárselo restaurado a su verdadero propietario; el pueblo de Cartagena.
Obligado por ley el Ayuntamiento a reconstruir este fuerte, un golpe de suerte parecía que le iba a dar el empujón necesario y definitivo; aparecieron más de 430.000 para invertir en el fuerte. Los aportaba la asociación de defensa de las fortalezas Aforca. Dineros provenientes de la sanción al Ayuntamiento por haber coronado la Muralla del Mar a su aire, sin importar las normas que en todo BIC hay que respetar. Como demoler el “pegote” y hacer las cosas bien, salía astronómicamente caro, se optó por dar a Aforca este dinero, quién tras titubear en qué invertirlo, se decidió a donarlo al Ayuntamiento para la reconstrucción de Despeñaperros. Al final… Entre todos la mataron y ella sola se murió, y ese dinero se esfumó.
Como también se esfumó hace unos meses una de las diez farmacias antiguas más bellas de España. Estas cosas pasan, pero los “responsables” siguen metiendo 60.000 euros anuales en la “huchaca” ¡Lástima que el verbo dimitir no se conjugue en Cartagena!
Y hoy, 6 años después de la resolución firme de la CARM, por fin se han terminado las actuaciones en tres lienzos de cortinas del monumento ¡Aún quedan cinco!
Aún queda coronar esos muros desmochados con su cordón, sus merlones y sus cañoneras. Estos muros no están en un bajo o en un parquin en el que se le comen los pies y se le corta la cabeza, o directamente se demuelen, como pasa en La Lonja y en los edificios irresponsablemente construidos sobre la muralla de Carlos III.
Este fuerte es la carta de presentación del forastero que llega a Cartagena, y debe dar esa imagen de poderío que tenían las defensas de la ciudad.No se puede volver a “desgraciar” su coronación como ocurrió en la Muralla del Mar, aunque solo sea por respeto al general que rindió al Cantón, Martínez Campos, quién en una visita varios años después y, ante la polémica de abrir la ciudad aun ensanche, manifestó: “por favor, hagan lo que quieran, pero esos muros no me los toquen”
Como ven, y verán en la Resolución firme de la CARM queda mucho por hacer en Despeñaperros hasta que podamos disfrutar de él, como ornato de una de las universidades más bonitas de España y como mirador privilegiado de nuestra ciudad.
Mientras abrimos los ojos a nuestros gestores y empiezan a ver nuestro patrimonio como una fuente de riqueza estable para el futuro y no, como problemas que hay que esconder, ya sea en un parquin, en sótanos o directamente en el olvido…
DESPEÑAPERROS, RESOLUCIÓN 2015, PAG. 1 Y 2


Salud y Felicidad desde Cartagena de Levante.
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